¿DÓNDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA?

El libro ¿Dónde está la franja amarilla? que inicialmente se llamó Colombia, el Proyecto Nacional y la Franja Amarilla y que contó con el apoyo de la Editorial Norma, fue escrito en 1997 por el escritor tolimense William Ospina, y dado a conocer en 1999 en la primera edición de septiembre en la ciudad de Bogotá, D.C.



En sus setenta y seis páginas se revela a manera de ensayo, más los desaciertos que los aciertos de un país que en la cruenta historia ha olvidado. Por eso, el autor de este libro tiene a bien hacer un inventario de hechos y causas con el fin de recuperar la memoria, y más allá de eso pretende que nosotros, los colombianos, recapacitemos y nos redimamos a partir de ciertas vicisitudes que no nos han dejado crecer. Sin ese repensarnos, la imagen de nuestro país seguirá enlodada como hasta ahora ha sucedido, salpicada de “violencia, caos, corrupción, inseguridad, cobardía, miseria y por la desdicha de millones de seres humanos”. (Ospina, 1999: 34).

Hechos que han llevado al autor a generar conciencia social a través de su crítica, puesto que en éste país según él, “nosotros hemos sido inconscientes de sus riquezas” (Ospina, 1999: 20) y cuando las reconocemos las menospreciamos. Además este libro es de vital importancia porque nos conduce a reconocer que nosotros caímos en los errores más frecuentes en el país: avergonzarnos de nuestro territorio, dejar que otros pisoteen nuestros derechos, y como si fuera poco nosotros no hemos hecho nada por hacer que se engrandezca, tal vez porque muchos de nosotros no nos identificamos con él.

“Así ningún país podrá construir jamás un orden social justo y equilibrado si no es capaz de reconocerse a sí mismo y de diseñar su proyecto económico, político y cultural a partir de esa conciencia de sus posibilidades y sus limitaciones” (Ospina, 1999: 56)

Pese a todo y como lo señala el mismo autor “Colombia siguió postrada en la veneración de modelos culturales, ilustres, siguió sintiéndose una provincia marginal de la historia, siguió discriminando a sus indios y a sus negros, avergonzándose de su complejidad racial, de su geografía, de su naturaleza” (Ospina, 1999: 15).

Y si eso ha pasado es porque hemos vendido a nuestro país ante las grandes potencias mundiales sin medir las consecuencias; lo anterior ha llevado a que se origine en él una mayor desintegración en sus comunidades, a un atraso en todos los campos de acción frente a otros países y a un caos total, todo por pensar en los intereses personales y no en los intereses de nuestro propio pueblo que ha visto cómo sus sueños e ilusiones se han estancado.

Por tal razón, William Ospina afirma: “lo que vivimos es el desencadenamiento de numerosos problemas represados que nuestra sociedad nunca afrontó con valentía y con sensatez; y la historia no permite que las injusticias desaparezcan por el hecho de que no las resolvamos” (Ospina, 1999: 13).

Finalmente, siguiendo de cerca las ideas del autor es necesario que nosotros nos reconozcamos, pensemos en nuestro país, hagamos reflexiones y propongamos reformas que contribuyan a consolidar en un proyecto democrático, económico y cultural nuestro desarrollo, porque de lo contrario seguiremos siendo indiferentes con nuestra propia patria.



POR: Willian Geovany Rodríguez Gutiérrez
Licenciado en Lengua Castellana
Universidad del Tolima




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