Si bien es cierto que uno de los lugares comunes que más atención ha merecido en la literatura ha sido sin duda el amor, tema central que incluso ha ocupado un espacio importante en cierta corriente estética y literaria, la cual ha perdurado a través de la historia para hacer imborrable el más puro de los sentimientos. Alguna de las obras literarias que se enmarcan en este mismo lugar común es sin duda: La María, La Celestina, Romeo y Julieta, y por supuesto El amor en los tiempos del Cólera.
Esta última novela es la que nos proponemos abordar a través de un estudio que implica el análisis literario del componente erótico en las relaciones afectivas de parejas que asumen los personajes más sobresalientes en dicha novela.
Uno de ellos es Florentino Ariza, personaje que sólo vive y respira por Fermina Daza, aquella misma que desde el primer día en que él la vio quedó perdidamente enamorado; para él no existe otra mujer en el mundo que le haga sentir tanto amor, siempre que la ve su alma se desvive por ella; así su amor se mantendrá vivo durante toda la vida, con el más puro aprecio que se haya podido conocer en la literatura.
Florentino se contenta con tan solo una mirada, y eso le basta para recrear su amor por ella, pero eso le traerá algunos problemas en la Agencia Postal ya que como mantenía pensando en ella, olvidaba colocar de forma correcta las banderas que pertenecían a otros países, una vez que llegaba un barco representante de alguno de ellos.
Como vemos en Florentino se despierta un profundo amor que lo lleva a hacer cosas impensables, lo que demuestra que su amor, ese sentimiento más noble ha llegado ahora a ser un amor romántico (nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial.
Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha expectativa), con el que él lo idealizaba, de esta manera no solo contemplará el amor erótico que siente por su amada Fermina sino además el amor sexual que experimentará con varias mujeres, y si eso se dio fue gracias a una mujer que se llamaba Rosalba que se atravesó en el camino para “violarlo”.
Bajo este hecho, Florentino va terminar entendiendo que se puede ser feliz mientras se tenga sexo, así no se obtenga el verdadero amor de quien tanto se ha deseado con pasión desenfrenada.
Otro de los momentos más placenteros se va a dar entre Florentino y la viuda de Nazaret, ya que en su duelo se va a liberar de la esclavitud moral sólo para ser feliz pues aunque tenía un matrimonio estable, no estaba del todo satisfecha con la vida que llevaba al lado de su marido, por eso una vez que se presenta el deceso de su esposo aprovecha la ocasión para entregársele a Florentino y para ello comienza siendo sugestiva.
En ese sentido la viuda de Nazareth más allá de personificar una mujer desvalida, proclive al desmayo –que vivió inicialmente con su esposo- se muestra más desde un exceso emocional que suscita el acto sexual con Florentino, lo cual va a crear dependencia sexual porque se van a seguir repitiendo esos encuentros.
En vista de lo anterior, se puede considerar que en éstos dos personajes están reflejadas algunas de las construcciones culturales que se identifican desde una definición habitual: por un lado la del varón como ser agresivo, emprendedor, independiente, duro... y la de la mujer como persona temerosa, pasiva, dependiente y suave.
De otro lado, Florentino sigue llevando en sus espaldas la cruz de un amor que no ha podido ser correspondido, pero ha sabido enmascarar sus sufrimientos por no ser amado, acudiendo a sus destrezas, aquellas mismas que adquirió luego de lograr algunas experiencias sexuales y no hay que olvidar que fueron muchas las enseñanzas que le dio su tío Lotario Thugut en sus noches de juerga.
Por eso se puede considerar que en cuestiones del amor Florentino se había vuelto un diestro, por que se valía de sus artimañas o como le llama el mismo escritor colombiano Gabriel García Márquez de sus armas. Una de sus armas comprendía en hacer uso de su poder de convencimiento para hacer que las mujeres en cuestiones del amor hicieran lo que él les pedía.
Florentino para entonces ya se había convertido en uno de los hedonistas más reconocidos -por aquellas mujeres con las que había estado-, hacía y deshacía con las mujeres, tratando de llevar el placer a los extremos, tanto así que algunas mujeres como por ejemplo la misma viuda de Nazaret, ya gozaba a plenitud el hecho de tener sexo, pero esta misma viuda deseosa de seguir teniendo muchos más encuentros íntimos va a terminar prostituyendose y ella va asegurarle a su nuevo amado, que si ella se volvió puta en la vida fue por él, y por esa razón lo adoraba.
Por su parte Fermina no se queda atrás porque aunque representa el modelo hogareño de la mujer burguesa a diferencia de la viuda de Nazaret, ella acude a una práctica de masturbación consigo misma para sentir excitación sexual.
De otro lado, después de casada, Fermina será una mujer libre sexualmente, ya que ha conseguido eludir por fin la esclavitud moral a la que la ha sometido su familia, -pero terminará haciendo finalmente lo que su padre siempre quiso que pasara, que su hija conservara su linaje que entre otras cosas era una completa farsa y su status en su generación para seguirlo reproduciendo- por tal razón termina casándose con el Médico Juvenal Urbino sin que ella esté convencida del amor que siente por él. A pesar de ello, Fermina se despoja de su virginidad y termina enamorándose de él, como fruto del primer encuentro íntimo que es tuvo rodeado de seducción y erotismo.
De este modo, Fermina termina adaptándose a los menesteres del amor, aunque no podemos negar que le fue difícil de momento acostumbrarse, ya que carecía de una experiencia sexual consolidada como consecuencia de su represión emocional a la que fue sometida, propia de una educación conservadora, la cual fue impartida por sus padres en su hogar.
De otro lado el amor se va haciendo más fuerte a tal punto que no va a seguir sintiendo pena de sí misma, porque aprenderá incluso a reconocerse en su cuerpo desnudo y a corresponderle a las demostraciones de amor de Urbino que por cierto eran fingidas, porque él pretendía aparte de inventar un buen amor con ella, mantener su prestigio por medio del porte (altivez, seriedad, fuerza y vanidad) y la clase ( Familia de buenos modales, prestante y reconocida) que decía tener Fermina, por eso la quería para esposa como un adorno social, aún cuando no la amaba.
Sin embargo a estas alturas ella, ya no necesitaba de revelarse ante su familia para hacer lo que quisiese hacer como en muchas ocasiones que le tocó obedecer pero cuando su padre se enteró de que existía alguien más que el doctor Juvenal Urbino de la Calle-, recordó como su padre no quería que Florentino estuviera con su hija, él decidió por esa razón marchar a otro lugar donde se encontraba su prima Hildebranda. Allí Fermina ahora si va a tomar partido de su sexualidad para ejercerla libremente.
De este modo, sus experiencias sexuales se van acrecentando poco a poco, porque cada vez más se van repitiendo los encuentros íntimos entre Fermina y Juvenal Urbino, donde ya nadie quiere perder partido en el desarrollo de los mismos, aunque cada cual quiere ejercer su propio poder sobre el otro, pues en el caso de Urbino tenía muy buenos ímpetus y estaba muy bien entrenado y en el caso de Fermina ella no estaba hecha para dejarse tomar ventaja de nadie, pues su carácter y personalidad se lo impedía, debido a esto es que aquellos dos amantes van a terminar conformándose con el poder compartido en la cama, por ende aprenderán a conocerse y a entenderse como dos amantes antiguos fruto de esa fidelidad.
En cambio Florentino aunque le juró fidelidad a su amada Fermina, nunca cumplió debido a que estuvo con más de 600 mujeres con las que se refugió para aminorar el dolor de no poder tener a Fermina, por esa razón siguió siendo aquel cazador furtivo que siempre estaba dispuesto a hacer de las suyas.
Una de las mujeres con la que estuvo Florentino fue para él la gloria y el infierno, pues aunque él quiso marcar su territorio con ella haciéndole una inscripción en la vulva o vagina que decía “esta cuca es mía” terminará ocasionándole la muerte.
Por su parte Juvenal Urbino tampoco se escapará de vivir la infidelidad con Bárbara Lynch, por que no la veía como una paciente si no como alguien con la que se podía tener una fantasía. Asediado por sus instintos se deja llevar para hacerle una explicación casi que minuciosa a su aparato reproductor, como aquella misma que le hizo su esposa Fermina en la intimidad.
Años más tarde Florentino Ariza habría de convertirse en el hombre más feliz porque por fin alcanzó en 51 años 9 meses y cuatro días conseguir el amor de su amada y por su puesto sus valores absolutos que le había sido privado de poder alcanzar, sin embargo en esa edad senil lo único que le esperaba era el momento apasionante de los dos enamorados, es decir asumir relaciones sexuales.
Y lo van a conseguir aunque los primeros días en el barco van a estar impregnados de algunas situaciones difíciles, pues Fermina aún no estaba convencida de lo que sentía por Florentino y a Florentino lo va a embargar la impotencia de no poder tener una erección, cabe destacar que a esa edad les costó trabajo reconocerse. Aún así nada de eso fue impedimento para estar los dos porque al final lo lograron, debido como lo dice el mismo autor “el amor se hace más grande y noble en la calamidad”.
Finalmente es propicio decir que el amor y el erotismo en la obra literaria de Gabriel García Márquez, consigue desdibujar en éstos personajes lo que representa el amor y el erotismo para ciertas edades y el grado con que se vive.
Por: Willian Geovany Rodríguez Gutiérrez
Licenciado en Lengua Castellana
Universidad del Tolima
Universidad del Tolima
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