LA NOVELA POLICIACA: UN GENERO POR EXCELENCIA

La novela policíaca es uno de los géneros que últimamente ha suscitado muchos estudios e incluso investigaciones, debido a que en éste es evidente que por lo general se de una ruptura del orden existente entre los componentes que contribuyen al desarrollo de la historia, así como del uso de técnicas narrativas que el escritor despliega para llevar a cabo el acontecer del hecho literario.

Para ello validan su dedicación -en los anteriores aspectos- a través de la fundamentación que adquieren de ciertas teorías -las cuales se han hecho imprescindibles- entre las que se pueden citar: “Novela Policíaca en Colombia” del autor Hubert Poppel, “la Evolución del Detective en el Género Policíaco” del autor Iván Martín Cerezo y “La Novela Policíaca: Juego” del autor Roger Carllois. Basados en éstas teorías es como nos propusimos realizar ciertas consideraciones en torno a la novela policíaca.


La Novela Policíaca en la mayoría de ocasiones –según Hubert Poppel- presenta los siguientes componentes: el asesinato limpio, la investigación lógico-racional –en la que se discuten posibilidades como lo indica Roger Carllois- y el comportamiento bien educado de los personajes.


Desde luego uno de éstos es el detective, pero hay quienes aseguran que el hecho de que éste personaje no llegue a aparecer en una novela policíaca, no quiere decir que no lo sea, pues “el detective puede pasar a un plano secundario o desaparecer por completo. Y en caso de haberlo, no es necesariamente un actante eficaz” (Resina, 1997:109). Independientemente del papel que cumpla el detective en la novela sabemos -con certeza- por parte de Roger Carllois que por lo menos éste ya no se disfraza y por el contrario reflexiona.


Ahora bien, la novela policíaca como acusa Poppel construye un mundo puramente ficcional, es decir, que la realidad se muestra de manera ficcionada, porque eso hace parte de la construcción de mundos posibles que nos propone todo escritor.


En torno a esta apreciación el investigador Iván Martín Cerezo ratifica que este tipo de literatura agrupa aquellas obras de ficción en las que se produce un hecho criminal, es decir, una ruptura del orden cotidiano, un quebrantamiento de la ley, lo que da lugar a una investigación sobre ese hecho. Producto de esa investigación es como se obtendrá cierto conocimiento relevante que finalmente han de llevar al detective a resolver el crimen. En ese sentido Poppel afirma que lo sorprendente de la Novela Policíaca es que, en general, ese conocimiento recíproco se refleja en el texto.


Por lo anterior, no hay que desconocer que la persona que logra ese conocimiento y resuelve finalmente el enigma y el misterio es sin duda el detective, ya que éste en palabras de Iván Martín Cerezo “cura la herida social que el crimen simboliza. Recompone el desorden que el crimen ha desencadenado. Su objetivo es el retorno del orden, del orden mental por medio de la verdad, y del orden social por medio de la justicia”.


Para ello el detective se vale de su lucidez y de sus capacidades para conocer quién fue el que finalmente cometió el crimen, de ahí que el detective se esfuerza en descubrir -como lo manifiesta Roger Carllois- “la causa de esas mentiras diversas”, con las que ha sabido encubrir los móviles que ocasionaron el crimen, a partir de los muy conocidos interrogantes universales (¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?) de los que también da cuenta el mismo Roger.


Finalmente es necesario aclarar que todos éstos componentes de la novela policíaca a los que nos hemos referido en líneas anteriores se configuran en las técnicas narrativas propias del escritor, ya que son éstas las que producen en el lector la tensión y el suspenso.


Por ende lleva -como lo señala Iván Martín Cerezo- a que “la narración se mueva, despliegue, desarrolle, avance, retroceda, aclare o confunda, se lía o se resuelva”, debido a que el escritor es visto por Roger Carllois “como aquel que se complace en jugar con la dificultad y en acumular los obstáculos que se propone vencer”. Esto sólo es posible una vez que se adquiere un pleno demonio sobre el uso de técnicas y manejo de componentes que estructuran la novela policíaca como texto literario.



Por: Willian Geovany Rodríguez Gutiérrez
Licenciado en Lengua Castellana
Universidad del Tolima







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